Ver cómo nuestros peques han mostrado sus habilidades de comunicación, ante un gran auditorio desconocido para ellos, con unas normas muy concretas, llenos de nervios e incertidumbres... nos hace sentirnos muy orgullosos de ellos y ellas, y nos hace dar más valor al trabajo cotidiano en el aula, que va empapando y dando forma a sus vidas y personalidades, gotita a gotita...
¡Bravo por nuestros niños y niñas! Adelante, y a seguir por este camino.