Y este año, para motivarnos y aprovechar más esos 20 minutos diarios de lectura que tenemos planificados, vamos registrando nuestros progresos en unos "lectómetros" que tenemos colocados en clase, que nos recuerdan y estimulan en esa tarea de la lectura. Cada libro que terminamos lo marcamos en nuestro lectómetro, y a medida que vamos avanzando nos vamos encontrando pequeñas sorpresas o recompensas. Así cuesta menos ponerse a leer.